Crítica: Pozos de ambición

Sinopsis:
Daniel Plainview (Daniel Day-Lewis), llevando una vida miserable y teniendo que criar él solo a su único hijo, recibe el chivatazo de la existencia de unos terrenos en los cuales está comenzando a brotar el petroleo a borbotones. En esa ciudad, Little Boston, probará fortuna en el negocio y prosperará hasta convertirse en uno de los mayores magnates petrolíferos. A medida que su empresa se haga mayor y aumenten sus beneficios, Daniel irá topando cada vez mas con los intereses de la pequeña comunidad de Little Boston, una comunidad beata, conservadora y liderada por su carismatico predicador Eli Sunday (Paul Dano).

Crítica:
Paul Thomas Anderson siempre ha tenido el favor de la critica en todos los trabajos que ha realizado: Empezando por la atrevida Boogie Nights, pasando por la surrealista y excelente pelicula romantica que es Embriagados de amor, y terminando por la magistral Magnolia (una de las peliculas favoritas de un servidor).
Siempre ha sabido mantener un estilo muy original y dejar su huella en todas sus obras, aparte de ser un director que mantiene perfectamente el equilibrio entre su lucimiento personal y él de los actores con los que trabaja, cosa que no es nada facil.
Debo decir antes de escribir la crítica, que la película en si me ha encantado. Me parece una película magistral en casi todos sus sentidos y aunque para mi, una excesiva duración del metraje nunca ha sido inconveniente, debo decir que la pelicula ha dejado en mi sensaciones bien contrastadas.
Porque quizás los 158 minutos que se toma P.T. Anderson en narrar la pelicula, sean quizás un poco excesivos, habiendo partes de la película (pasado el segundo tercio de la cinta) donde parece que el ritmo es un pelín relajado o simplemente la transición del tiempo dentro del argumento parece no impactar lo que deberia. Decir por eso, que esa sensación es tremendamente sutil y en ningún momento la pelicula pasa a ser aburrida o lenta, en absoluto.
Quitando este detalle que para nada empaña el resultado final, tenemos una película magnifica, firme candidata para muchos en convertirse en la ganadora del Oscar y con una fuerza y personalidad desgarradoras. Muchas han sido las alabanzas que ha recibido la cinta en festivales y criticas especializadas, pero la que mas ha llamado la atención es la que a mi parecer más describe esta película: "Es posiblemente la versión de Ciudadano Kane que hubiera hecho Kubrick". Viendo la textura de la fotografia, su estridente banda sonora o ese perturbador y poco ortodoxo final, desde luego que tal afirmación es acertadísima.
Nos encontramos en Pozos de Ambición una mastodóntica biografia de una persona que involuciona espiritualmente cuanto mas evoluciona socialmente surgiendo de ella un cruel retrato de la condición humana y su codicia, y que a su vez, se enfrenta y contrasta con una sociedad norteamericana radicalmente conservadora de principios de siglo. Uno de los mayores logros de la cinta es hacer que el espectador, se involucre y acompañe a los protagonistas, dándose cuenta de las consecuencias de esta degradación de manera final y simultanea.
Daniel Day-Lewis, polífacetico actor, esta vez se encuentra una película integramente para su lucimiento, respondiendo maravillosamente a este hecho. Sabe humanizar perfectamente al monstruo que es su personaje, encarnando soberbiamente y sufriendo en sus propias acciones y gestos la terrible evolución que experimenta el personaje de Daniel, siendo al final una brutal caricatura de lo que es un hombre apoderado por la codicia y abrumado por el poder. También destacadísimo el papel de Paul Dano (el peculiar hermano mayor de Pequeña Miss Sunshine), que hace perfectamente de némesis del protagonista, pero igualmente terrible y codicioso.
Película recomendadisima, mas cercana al cine de los años 70 que al actual, cosa que la hace a tener en cuenta. Una maravilla con regusto a clásico.
Nota: 9/10